Ohr Somayach

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¡Judaismo!

Itr�

18 de Shvat 5758; 14 de febrero 1998


Contenido:

  • Resumen de la Parash�
  • Comentario a la Parash�
  • Haftar�
  • �Canta, Mi Alma!
  • Mizmor LeDavid
  • Informaci�n sobre la suscripci�n
  • Or Sameaj en el Web

    Esta publicaci�n tambi�n esta disponible en los siguientes formatos: [Text] [Word] [PDF] Explicaci�n de estos s�mbolos


  • Dedicado a la memoria de Zalman Itzhak Carlos ben Shmuel zt'l


    Resumen de la Parash�

    Contenido

    Al escuchar los milagros que D-os hizo para los Hijos de Israel, el suegro de Mosh�, Itr�, lleg� al desierto, con la esposa de Mosh� y sus hijos, para reunir a la familia otra vez. Itr� est� tan impresionado por lo que Mosh� le cuenta sobre el �xodo de Egipto, que se convierte y se une al Pueblo Jud�o. Viendo que la �nica autoridad judicial para la naci�n es Mosh�, Itr� sugiere que se elijan jueces subsidiados para solucionar los problemas peque�os, dejando a Mosh� libre para atender los grandes temas. Mosh� acepta su consejo. Los Hijos de Israel llegan al Monte Sinai donde se les ofrece la Tor�. Despu�s de que la aceptan, D-os le ordena a Mosh� que le diga al pueblo que no se acerque a la monta�a, y que se preparen tres d�as para recibir la Tor�. El tercer d�a, en medio de truenos y rel�mpagos, la voz de D-os emana de la monta�a, y El comienza a hablar al Pueblo Jud�o, d�ndoles los Diez Mandamientos:

    1. Creer en D-os
    2. No tener otros dioses
    3. No usar el nombre de D-os en vano
    4. Observar el Shabat
    5. Honrar a los padres
    6. No matar
    7. No cometer adulterio
    8. No secuestrar
    9. No atestiguar falsamente
    10. No codiciar

    Despu�s de recibir los dos primeros mandamientos, el Pueblo Jud�o, abrumado por esta experiencia de lo Divino, pide que Mosh� les transmita la palabra de D-os. D-os le ordena a Mosh� que advierta al Pueblo Jud�o en cuanto a su responsabilidad de ser fieles a Aqu�l que les habl�.




    Comentario a la Parash�

    Contenido

    "Mosh� descendi� de la monta�a al pueblo" (19:14)

    "�A qu� hora aterrizamos?"

    "Dentro de aproximadamente dos horas, Sr. Presidente".

    "Bueno, voy a necesitar cerca de una hora para ba�arme, refrescarme y cambiarme de ropa, antes de encontrarme con el Primer Ministro. �Puedes llamar y arreglar una reuni�n para las doce? A decir verdad, mejor que sea para las doce y media. No pegu� el ojo en todo el viaje; mejor que me duerma unos veinte minutos. Ah... y tambi�n me vendr�a buen un desayuno liviano cuando me despierte, solamente un pancito y un caf�, y un poco de cereales. Pero que sea caf� de verdad. Dime algo... �de veras hace falta que la reuni�n sea ni bien llegamos? �Por qu� no la dejamos para la tarde?"

    Moshe, el l�der jud�o, fue "de la monta�a al pueblo". No se tom� un descanso. Dej� a un lado por completo todas sus cuestiones personales, y fue derecho al trabajo. De la monta�a al pueblo.

    (Basado en Rashi)


    "Y todo el pueblo vio las voces" (20:15)

    Un d�a invernal, lleg� a la peque�a aldea polaca una figura fr�gil que llevaba una cajita de cuero negra.

    A�n era muy temprano, y la p�lida luz del sol apenas si coloreaba las fachadas grises de las casas.

    El hombre se dirigi� a la plaza central. Se frot� las manos y les sopl� aliento c�lido. Una nube de bruma sali� del otro lado de sus palmas entrecerradas, elev�ndose en un zigzag, y atrapando los rayos del sol naciente, al tiempo que se desvanec�a.

    El abri� la caja y conect� las tres partes cil�ndricas del clarinete.

    Empez� a tocar, al principio lenta y persistentemente. El sonido era tan maravilloso que muy pronto se dejaron ver caras bostezando en las ventanas.

    Los ni�os apretaban las narices contra las ventanas. El ritmo se aceler�. El sonido era tan deleitable, tan dulce, que enseguida la gente sali� a la calle y en forma espont�nea se puso a bailar.

    La m�sica sub�a m�s y m�s. La incre�ble dulzura del sonido doraba de deleite los rostros de los que bailaban.

    En esta escena vino a parar un sordo. El estaba absolutamente convencido de que se hab�an vuelto todos locos: en este lugar, sin ninguna raz�n l�gica, medio pueblo bailaba en la plaza a las seis de la ma�ana!!!

    Pero si se hubiera puesto a pensar un poco, se habr�a dado cuenta de que la voz del clarinete y su bella m�sica eran la raz�n de la improvisada danza.

    Cuando se entreg� la Tor� en el Sina�, la gente "vio" las voces. Experimentaron el fen�meno de kinestesia, la alteraci�n de la percepci�n sensorial. Ver el sonido. O�r la imagen.

    Cuando se entreg� la Tor� en el Sina�, Hashem irradi� la luz de Su Presencia en todo el pueblo jud�o unido. Ellos lo percibieron como �ngeles que bailaban.

    Al ver �ngeles bailando, comprendieorn que se deb�a a la sublime dulzura y belleza de la Tor� Sagrada. Y, por as� decirlo, estiraron el cuello y pararon las orejas para o�r tan fant�stica melod�a.

    En comparaci�n con los �ngeles, ellos eran un poco "sordos" espiritualmente hablando, pues jam�s hab�an percibido semejantes sonidos. No obstante, quisieron probar y tener por lo menos un "vistazo" de aquel sonido.

    D-os les abri� los ojos, y todos vieron aquella alegr�a incre�ble, y si bien no pod�an percibir la m�sica con claridad, lo que s� pod�an era sentir la inmensa felicidad.

    Por eso se apresuraron a o�r la voz de la propia Tor�.

    Tal vez lograran alcanzar ese nivel y comprender la exquisita luz que es la Tor�...

    (Basado en Deguel Majan� Efraim)




    Haftar�

    Yeshayahu 6:1 - 13, 7:1 - 6, 9:5 - 6

    Contenido

    La revelaci�n de la Shejin� en el Sina�, que es el tema de la parash� de esta semana, aparece reflejado en la Haftar� con la revelaci�n de la Shejin� al profeta Yeshayahu.

    Por lo general, las personas siempre quieren ser las primeras en todo. Demostrar su superioridad sobre los dem�s. Esa es la fuerza que nos conduce a poseer dinero y poder. �Yo soy mejor que t�! �T� est�s en segundo lugar!

    Y hasta cuando dejamos que los otros tomen el primer lugar, cuando los colocamos delante de nosotros, por lo general queremos demostrar cu�n exaltados son nuestros rasgos de car�cter, vale decir, �que estamos en un nivel m�s elevado que ellos!

    En la kedush� (santidad) que pronunciamos por lo menos dos veces al d�a, les pedimos prestada una plegaria a los �ngeles, con la que ensalzamos la gloria del Eterno.

    Decimos "Santo, santo, santo, es el Se�or de las Huestes. Todo el mundo est� repleto de Su Gloria".

    El hombre no es un �ngel. Cuando los �ngeles dicen kedush�, empiezan llam�ndose los unos a los otros, como diciendo: "t� primero, pues t� eres m�s grande que yo" Y la respuesta: "No, �t� eres m�s grande que yo!" Por fin, todos alaban juntos a Hashem.

    Los �ngeles repiten la palabra "santo" tres veces. Todo lo que se hace tres veces se considera que tiene permanencia en la perpetuidad.

    Por eso, los �ngeles nunca dejan de decir "santo", ya que Hashem es infinitamente Santo.

    (Basado en The Midrash Says)


    Canta, Mi Alma!

    Comentarios sobre las Canciones que cantamos en la mesa de Shabat a trav�s de las generaciones.

    Mizmor LeDavid
    ""Cancion de David..."

    Hashem ro�, lo ejsar...
    "Hashem es mi pastor, no me faltar� nada"

    El pastor es el que le da sustento a su reba�o. Cuando estudiamos Tor� mientras un pastor humano nos da el sustento, estamos obligados a compartir la recompensa de ese estudio con esa persona. Pero cuando "Hashem es mi pastor", y nos proporciona el sustento en forma directa, entonces "no me faltar� nada" de toda la recompensa que he de recibir. Este pensamiento, que est� expresado en este salmo al comienzo de la cena, se repite en la bendici�n que se pronuncia al terminar de comer, cuando le pedimos a Hashem que nos salve de depender de los regalos de las personas de carne y hueso, y que nos provea en forma directa para todo lo que necesitamos, a trav�s de Su "mano llena, abierta, sagrada y generosa".


    Escrito y Recopilado por: Rabino Yaakov Asher Sinclair
    Editor y Responsable: Rabino Moshe Newman
    Dise�o de Producci�n: Lev Seltzer
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