En el reino desierto de Mujtar, todo se dio vuelta tras el descubrimiento del petr�leo.

El sheik, ansioso de beneficiar a su pueblo, y de paso aumentar su propio prestigio, construy� caminos y hoteles, palacios y aeropuertos. Ten�an todo. Todo... menos agua. El �nico l�quido que abundaba en Mujtar era negro y viscoso. Oro negro... pero imposible de beber.

Fuera de traer un iceberg de la Ant�rtida (idea que a�n se hallaba en consideraci�n), todav�a nadie hab�a encontrado una soluci�n.

El sheik decidi� que viajar�a a los EE.UU, porque los EE.UU. eran un pa�s donde hab�a soluciones hasta para los que no sab�an que ten�an problemas. �Cu�nto m�s para alguien con un problema que era tan f�cil de identificar!

El sheik se hosped� en el Waldorf Astoria cerca de una semana. Cuando lleg� el momento de partir, llam� al botones para que le bajara el equipaje. Al abrir la puerta de la suite del sheik, el botones se qued� helado.

All�, en medio de la habitaci�n, hab�a un gigantesco cofre. Imposible de cargarlo �l solo, dio la media vuelta y fue a buscar refuerzos.

Finalmente, hicieron falta seis changadores robustos y un cami�n para llevar el cofre al aeropuerto Kennedy.

En la era del equipaje a rueditas, el cofre del sheik parec�a un anacronismo total. Y, como era de esperar, llam� la atenci�n del oficial de aduanas.

"�Buen d�a! D�game, por favor... �qu� es lo que lleva en este cofre?"

"No es nada, oficial, solamente unos cuantos regalos para los que me esperan en mi pa�s".

"Aj�... �podr�a abrirlo, si no es molestia?"

"Esto es absolutamente innecesario, porq..."

"POR FAVOR abra el cofre"

Al abrirse la tapa del cofre, el oficial de aduanas se qued� como congelado.

Todo el cofre estaba repleto de canillas, canillas de todos los tipos y de todas las formas, de acero inoxidable, de cobre, antiguas, modernas... Canillas, canillas, y m�s canillas.

"�Sabe lo que pasa? Lo que ocurre es que en mi pa�s no tenemos agua. El primer d�a que pas� en este pa�s, fui a la cocina y abr� una de estas cosas, y, milagro de milagros, �empez� a salir agua! Por eso, ahora le llevo a mi pueblo este invento brillante. Ustedes, los occidentales, tienen cada invento... No se puede negar que tienen cabeza"

Hashem le dijo a Moshe que fuera a decirle a Betzalel "Haz para M� un Mishk�n (un Santuario), un Ar�n (arca sagrada) y kelim (las dem�s vasijas del Santuario). Cuando Moshe le dijo a Betzalel, alter� el orden y dijo que construyera el Ar�n, las kelim y el Mishk�n.

Betzalel le dijo a Moshe: "Moshe Rabenu, lo l�gico es que primero se construya la casa, y luego se la adorne. Me est�s diciendo que primero construya los adornos, las vasijas, pero �d�nde los voy a poner?"

�Por qu� Moshe cambi� el orden?

Moshe no le estaba dando a Betzalel instrucciones de construcci�n. No le estaba hablando como un arquitecto habla con el que va a construir la casa. Moshe estaba hablando en t�rminos conceptuales, enfatizando lo que era la esencia y el prop�sito del Mishk�n. El Ar�n era la pieza clave del Mishk�n. La palabra "Ar�n" proviene de la palabra "Or", luz en hebreo. El Ar�n era la luz del Mishk�n, pues conten�a a la sagrada Tor�, que es la luz del mundo. Sin el Ar�n, el Mishk�n habr�a sido una mera cubierta, una "canilla seca", sin el agua viva de la Tor� Sagrada.

La Tor� es la patria port�til del pueblo jud�o. Durante la mayor parte de su historia, los jud�os estuvieron en el exilio. Pero aunque se tratase del exilio babil�nico o del exilio de Italia, el de Turqu�a o el del Maine, el jud�o siempre pudo enrollar su patria, la Tor�, y llev�rsela consigo. No es tanto que los jud�os hayan conservado la Tor�, como que la Tor� conserv� a los jud�os. Cuando todas las fronteras se les cierran, cuando nadie est� dispuesto a concederles una visa, la Tor� los recibe con los brazos abiertos. Las estacas del Ar�n jam�s deb�an quitarse del Ar�n. Deb�an permanecer en su sitio en forma constante. El primer Beit ha Mikdash dur� 400 a�os. Y a lo largo de todos esos siglos, las estacas permanecieron en su sitio; la Tor� estaba lista para trasladarse de un momento a otro.

Era un s�mbolo de que la Tor� no est� atada a ning�n lugar. Dondequiera que vayan los jud�os, tanto por voluntad como por la fuerza, enrollan su patria port�til y se la llevan consigo.

Rab� Shimshon Rafael Hirsch

Ten�a el mismo aspecto que el otro pobre. Los ojos opacos por la falta de comida; la ropa manchada. Golpe� a la puerta de Rab� Jiya.

"�Dame pan!"

Rab� Jiya le dio pan.

"Mi amo le dio pan a ese otro hombre. Mi amo le tuvo l�stima. �Mi amo no me va a tener l�stima a m�? Yo tambi�n soy pobre. Yo soy el �ngel de la muerte".

El �ngel de la muerte le mostr� a Rab� Jiya una vara de fuego.

Este hecho, que registra el Talmud (Moed Kat�n 28a) es muy dif�cil de comprender. Despu�s de todo, hay una gran diferencia entre dar un pedazo de pan y dar la vida, �o no?

�C�mo es que el �ngel de la muerte hizo semejante comparaci�n?

El �ngel de la muerte conoc�a muy bien a Rab� Jiya. El ve�a hasta lo m�s profundo de su coraz�n. Cuando Rab� Jiya le daba pan a un pobre, lo daba con tanta generosidad de coraz�n que en realidad le estaba dando un pedazo de s� mismo.

En realidad, lo que el �ngel de la muerte le estaba diciendo a Rab� Jiya era: "En verdad no le diste pan a ese pobre. Eso es solamente el modo en que se lo diste. Lo que le diste fue tu alma envuelta en un pedazo de pan. "Igual que le diste a �l tu alma, d�mela tambi�n a m�".

Del mismo modo, toda la esencia del Mishk�n que construy� el pueblo jud�o en el desierto deb�a ser un coraz�n y un alma generosos. Porque solamente de esa manera el metal y la madera pod�an transformarse en un espacio espiritual. Y �nicamente de esa manera Hashem podr�a vivir en �l.

As� como en la parash� de esta semana la Tor� habla de la construcci�n del Mishk�n, la "residencia" divina en el desierto, la Tor� tambi�n describe el primer Beit ha Mikdash, que fue construido por Shlomo ha Melej (el Rey de Salom�n) 480 a�os despu�s del Exodo.

Si bien las estad�sticas f�sicas de la construcci�n de Shlomo ha Melej son asombrosas, lo que Le importa a Hashem es que la verdadera construcci�n debe surgir del coraz�n generoso. Eso es lo que Hashem le dice a Shlomo ha Melej en el vers�culo que citamos: No pienses que la construcci�n de mi casa es a trav�s de medios meramente materiales; con el oro y con la plata. Todas �sas son meras ilusiones, no son el verdadero Beit ha Mikdash. Sino que "si sigues Mis decretos, y realizas Mis estatutos...", �so es con lo que se construye en verdad el Beit ha Mikdash.

Y como los "materiales" de su construcci�n son en realidad espirituales, el Beit ha Mikdash, inclusive despu�s de su destrucci�n f�sica, y hasta despu�s de que se desintegraron sus componentes materiales, contin�a existiendo: "Yo habitar� entre los Bnei Israel, y no abandonar� a Mi pueblo Israel"

Con la partida del Shabat mencionamos a los redentores que Hashem ha de enviarnos, es de esperar que muy pronto.